En la provincia de Barahona, ubicada al suroeste de la República Dominicana, varias obras del gobierno están en espera de ser concluidas, algunas de ellas desde hace más de cuatro años. La comunidad, que ha sido paciente durante todo este tiempo, se encuentra cada vez más frustrada por la lentitud en los trabajos.
Desde mediados de febrero, un grupo de organizaciones sociales, comunitarias y de la sociedad civil en general comenzó a organizar protestas en municipios como Paraíso, La Ciénaga, San Rafael, Los Patos, Ojeda, Enriquillo, Los Blancos y Oviedo. Estas manifestaciones, que fueron inicialmente convocadas como una huelga, fueron suspendidas tras la intervención de autoridades locales como el director de los Comedores Económicos, Edgar Augusto Féliz Méndez, quien junto a otros funcionarios se comprometió a buscar una solución. Sin embargo, hasta el momento, no se ha visto un avance significativo en las obras.
Entre los proyectos que más críticas han recibido se encuentran la carretera Barahona – Enriquillo, que se había paralizado por un tiempo y cuyos trabajos fueron reiniciados en marzo, pero con dificultades en ciertos tramos, como el conocido como “El Derrumbao”, considerado peligroso. Otro proyecto que sigue detenido es la carretera Enriquillo – Pedernales, de gran importancia para la conectividad de la región, que aún no tiene fecha para su reanudación.
Uno de los proyectos más esperados y que ha generado mayor descontento es la Presa de Monte Grande, una obra hídrica de gran importancia para la región Enriquillo. Aunque el vaso de la presa fue inaugurado, las obras complementarias necesarias para su funcionamiento aún no se han licitado y su avance sigue siendo incierto. Además, la construcción del Centro de Atención Integral para Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, un proyecto que se inició en 2019 y que fue presupuestado en más de RD$113 millones, aún está muy lejos de concluirse. Según el Ministro de Vivienda, Carlos Bonilla, la obra estaría lista en algún momento de 2025, pero los residentes siguen esperando.
En la ciudad de Barahona, la construcción de un nuevo mercado municipal también ha estado marcada por demoras. Aunque el presidente Luis Abinader dio el primer palazo en 2022 para el inicio de la primera fase de la obra, más de dos años después el proyecto sigue en fase de diseño. Las organizaciones empresariales y comerciantes locales han insistido en la urgencia de que se concluya esta obra, ya que el mercado actual está en condiciones precarias y no cumple con los estándares mínimos de higiene.
Además de estos proyectos, existen otros que siguen sin terminarse, como la estancia infantil en el barrio Camboya y la reconstrucción del Hotel Escuela en El Guarocuya, ambos proyectos que llevan años paralizados. También se encuentran a la espera la Escuela Catalina Pou en Cabral y el cuartel de bomberos en Vicente Noble, que siguen sin avances claros.
Un proyecto que finalmente se reinició, pero que aún avanza a un ritmo lento, es el muelle para cruceros de Barahona, una obra con un presupuesto de RD$713 millones que promete impulsar el turismo en la región. Sin embargo, hasta el momento los avances son mínimos, y la comunidad sigue esperando que este proyecto se materialice pronto.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades para dar respuestas, los residentes de Barahona, Vicente Noble, Cabral y otras localidades de la provincia siguen esperando la culminación de estos proyectos que han sido prometidos y que son esenciales para el desarrollo de la región.