Investigadores en Estados Unidos iniciarán esta primavera el primer ensayo clínico para evaluar si hígados de cerdos modificados genéticamente pueden servir como un tratamiento temporal para pacientes con insuficiencia hepática aguda, funcionando de forma similar a una diálisis.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó el estudio, impulsado por la empresa eGenesis especializada en edición genética de cerdos en colaboración con la compañía británica OrganOx.
A diferencia de un trasplante tradicional, el procedimiento no implica implantar el órgano del animal. En su lugar, el hígado porcino se conectará externamente al paciente, filtrando su sangre durante varios días para permitir que su propio órgano descanse, se estabilice y potencialmente se recupere.
El hígado es el único órgano humano con capacidad de regenerarse y los científicos esperan que esta tecnología pueda actuar como un “puente vital” mientras se define el pronóstico del paciente.
Cada año, unas 35,000 personas son hospitalizadas en Estados Unidos con fallo hepático repentino, una condición que puede tener tasas de mortalidad de hasta el 50%. Muchos pacientes no califican para un trasplante o no encuentran un donante a tiempo.
En pruebas previas con cuatro cuerpos sin vida, los hígados porcinos modificados fueron capaces de asumir algunas funciones hepáticas humanas durante dos o tres días, explicó Mike Curtis, director ejecutivo de eGenesis, con sede en Massachusetts.
El ensayo clínico incluirá hasta 20 pacientes en unidades de cuidados intensivos que no son candidatos para trasplante. El dispositivo que conectará el hígado animal fue desarrollado por OrganOx y ya se utiliza para preservar hígados humanos donados.
Este estudio se suma a otros avances en el uso de órganos porcinos modificados para salvar vidas humanas. En paralelo, empresas como eGenesis y United Therapeutics también están trabajando en trasplantes experimentales de riñones de cerdo.