Un nuevo estudio publicado en la revista Science confirma que la Tierra ha perdido más de 2,000 gigatoneladas de agua almacenada en suelo, ríos, lagos y nieve en las últimas dos décadas, una situación impulsada por el calentamiento global y con consecuencias preocupantes para la agricultura y el nivel del mar.
El descubrimiento fue realizado de forma inesperada por los científicos Dongryeol Ryu, profesor de Hidrología en la Universidad de Melbourne y su colega Ki-Weon Seo, mientras viajaban en tren. Al revisar datos climáticos durante una parada técnica, notaron una anomalía: un drástico descenso en la humedad del suelo.
“Al principio pensamos que era un error del modelo”, confesó Ryu. Pero tras un año de comprobaciones, confirmaron que era real: el almacenamiento de agua en tierra firme se está agotando.
Los investigadores concluyen que esta pérdida de humedad se debe al cambio climático y a la actividad humana, especialmente a la extracción excesiva de agua para la agricultura de riego. Esto podría tener efectos irreversibles, agravando la frecuencia de sequías extremas, la subida del nivel del mar y la pérdida de elasticidad del suelo, lo que dificulta su capacidad para recuperarse tras las lluvias.
“El hecho de que llueva mucho después de una sequía no significa que el agua subterránea se haya recuperado”, explicó Ryu. “Parece que la tierra ha perdido su capacidad de rebote”.
Además, el estudio relaciona esta pérdida de humedad con la ligera oscilación en la rotación de la Tierra, comparándola con una arritmia en un electrocardiograma planetario. “Ignorar esta señal es como desoír una advertencia médica seria”, advirtió el hidrólogo Luis Samaniego, quien analizó los hallazgos en Science.
Los expertos insisten en la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y replantear el uso del agua, antes de que los daños sean irreversibles. “Probablemente no veamos una reversión de esta tendencia en nuestras vidas”, advirtió la climatóloga Katharine Jacobs.