Por Carlos García Nova
Finalmente y tras 12 horas de crisis diplomática, Gustavo Petro decidió la noche del domingo acceder a las exigencias de Donald Trump y recibirá los vuelos con deportados, a cambio de que Estados Unidos no le imponga a Colombia un arancel del 25% a sus importaciones.
“El Gobierno de Colombia ha aceptado todos los términos del presidente Trump, incluida la aceptación sin restricciones de todos los extranjeros ilegales de Colombia que regresen de los Estados Unidos, incluso en aeronaves militares estadounidenses, sin limitaciones ni demoras”, informó en comunicado la Casa Blanca.
De su lado, el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, anunció que la crisis había sido superada: “Hemos superado el impasse con el Gobierno de los Estados Unidos. En este contexto, el canciller Luis Gilberto Murillo y el embajador Daniel García-Peña viajarán a la ciudad de Washington en los próximos días para sostener reuniones de alto nivel para hacer seguimiento a los acuerdos, resultado del trabajo conjunto que llevó al intercambio de notas diplomáticas entre los dos gobiernos. Seguiremos recibiendo a los colombianos y colombianas que retornen en condición de deportados, garantizándoles las condiciones dignas como ciudadanos sujetos de derechos”.
Las sanciones están redactadas, según Washington, y se mantendrán en reserva y no se firmarán, a menos “de que Colombia no cumpla con este acuerdo”.
Se recuerda que, el Gobierno colombiano justificaba su negativa a aceptar a los deportados debido a las condiciones que según expresaron no garantizaban la dignidad de los retornados.
Donald Trump había advertido que impondría aranceles a algunos países nada más ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca, Colombia fue el primero en recibir estas sanciones.