El Consejo Presidencial de Transición (CPT) de Haití ha removido del cargo al primer ministro Garry Conille y designado en su lugar al empresario Alix Didier Fils-Aime. Esta decisión, tomada en medio de denuncias de corrupción y desacuerdos sobre la legalidad del proceso, ha provocado tensiones en el país, especialmente por las críticas de Conille, quien considera que esta medida contradice la Constitución.
Conille sostiene que aunque el CPT tiene facultades para designar al primer ministro, ningún texto legal le otorga el poder para destituirlo. “Es un abuso de poder y una parodia que atenta contra los principios fundamentales de la democracia”, declaró en un comunicado, señalando que la resolución fue firmada por ocho de los nueve miembros del CPT. El único miembro que no la suscribió fue Edgard Leblanc.
Conflicto sobre la legalidad del cambio de mando
Conille ordenó a Presses nationales, entidad responsable de publicar los decretos oficiales, que no oficializara la decisión del CPT, argumentando que “carece de legitimidad y de fundamento constitucional”. Según el ex primer ministro, esta destitución plantea serias dudas sobre la estabilidad y el futuro del país, e incluso, podría intensificar la ya volátil situación de seguridad, con grupos criminales anunciando “días de terror”.
Este cambio en el liderazgo y el conflicto con el CPT añaden una capa de incertidumbre a la transición en Haití, un país sumido en complejos desafíos políticos y de seguridad.