La atención de salud mental en la República Dominicana enfrenta serios problemas de capacidad y recursos. En Santiago, uno de los focos críticos de esta situación es la unidad de intervención en crisis del Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez, la más grande del país, que actualmente dispone de solo 20 camas para pacientes de la región norte, según la doctora Hilda Valdez, jefa del Departamento de Salud Mental del hospital.
Con el reciente cierre del Hospital Psiquiátrico Padre Francisco Xavier Billini, que se transformó en un centro de rehabilitación psicosocial, los pacientes de psiquiatría fueron redistribuidos a otros hospitales, lo que ha provocado una sobrecarga en sus subunidades. “Antes contábamos con entre 130 y 170 camas en total, pero ahora las subunidades de hospitales en todo el país tienen menos de 130 camas disponibles para internamiento psiquiátrico”, explicó Valdez.
La unidad del Cabral y Báez está diseñada para estancias cortas, con una duración de entre 10 y 15 días, para estabilizar a los pacientes y prepararlos para su tratamiento ambulatorio. Sin embargo, algunos pacientes requieren estancias más prolongadas para recibir el tratamiento necesario, pero no hay centros adecuados para media o larga estadía, salvo el centro de rehabilitación, que también trabaja a plena capacidad.
La situación destaca la necesidad urgente de aumentar la infraestructura y los recursos disponibles para el tratamiento de salud mental en el país.