Las acciones de Tesla se dispararon un 14,14% en operaciones previas a la apertura de Wall Street, alcanzando los 251,44 dólares, impulsadas por la reciente reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. En Europa, los títulos de la compañía también registraron alzas similares en la Bolsa de Fráncfort, reflejando la confianza de los inversionistas en la potencial influencia del CEO de Tesla, Elon Musk, en el nuevo gobierno republicano.
Con la reelección de Trump, el mercado espera que Elon Musk juegue un rol destacado en la administración estadounidense, un cambio que podría beneficiar a Tesla y a su empresa aeroespacial SpaceX. Durante la campaña, Trump elogió a Musk y le ofreció un posible cargo como “secretario de reducción de costes”, una posición que le permitiría optimizar los gastos en la administración pública. Musk, uno de los principales donantes de la campaña republicana, invirtió alrededor de 119 millones de dólares en apoyo a Trump a través de un súper PAC.
Sin embargo, persisten diferencias en las políticas comerciales. Mientras Trump ha propuesto la implementación de aranceles elevados a las importaciones, Musk ha manifestado en varias ocasiones su preferencia por una política comercial menos agresiva y más específica para evitar afectaciones a Tesla
Tesla y SpaceX han obtenido contratos y fondos públicos significativos en la última década, sumando alrededor de 15,400 millones de dólares en subsidios y fondos federales. En caso de ocupar un puesto en el gobierno, Musk podría beneficiarse de una exención de impuestos sobre las ganancias de capital en la venta de sus acciones, debido a una norma del código tributario estadounidense. Esta disposición, que protege a funcionarios de conflictos de interés financiero, podría otorgarle ahorros tributarios multimillonarios si Musk decide desinvertir en Tesla y SpaceX.