Jóvenes, Delitos Cibernéticos, Síntomas y Enfermadad
La información que nos trae al editorial del día de hoy es la desaparición de una joven pareja en la comunidad de la Guáyiga, municipio Pedro Brand, Santo Domingo. Se trata de Elizabeth Almarante Pacheco y Luis Miguel Jáquez Rodriguez, una joven pareja quienes según versiones se dedicaban a perpetrar estafas tecnológicas, lo que constituye un crimen punible según lo establece la Ley 53-07 Sobre Crímenes y delitos de alta tecnología. Se reporta haber visto a Luis Miguel llegar a casa acompañado de dos hombres, quienes posteriormente salieron de la casa junto a la joven pareja, una semana más tarde no se sabe de su paradero. Esta pareja deja dos niños abandonados. Hasta aquí con el detalle de la situación. Esto nos trae al análisis de la problemática en la que países como el nuestro se ven envueltos y como diversos estratos sociales lo aceptan y hasta lo celebran porque en sus mentes les están robando a un sistema que ya les está robando a ellos, disfrutan lo que entienden como venganza. Esto se debe al flaco servicio ejemplificador que históricamente dan algunos políticos, funcionarios, gobiernos y hasta empresarios en nuestra sociedad. Cuando el ciudadano común escucha en las noticias sobre desfalcos al erario público por montos de miles de millones de pesos, ellos dirán “ Si ellos roban y nada les pasa por que yo no puedo?” Esto les arroja la respuesta evidente y proceden a buscar la manera de encontrar el subterfugio que les permita vivir la vida con unos estándares que de otra forma no pudiesen alcanzar. En esta última parte hay cierta lógica en el pensar del que delinque, tal vez no una justificación pero al menos lógica. Es de manejo público el esquema corrupto que ha permeado naciones de todo el hemisferio, incluyendo a la República Dominicana. Es lamentable que los delitos y los esquemas corruptos sean transversales en nuestra nación, desde los más altos representantes del poder judicial, el poder legislativo, familiares y allegados de representantes del ejecutivo y esto descendiendo grado a grado hasta pasar por policías, ciudadanos y jóvenes como los que tratamos en este comentario. Entendemos que es hora de que nuestra sociedad haga conciencia del enorme esquema corrupto en el que hemos estado operando y que si bien puede ser una utopía aspirar a una sociedad libre de toda corrupción, también es cierto que los niveles actuales, de persistir o de aumentarse, llevarían a nuestra nación a un futuro nada promisorio. En escencia, los atracos motorizados, los cyber-delitos, la corrupcion administrativa, los crímenes de cuello blanco y demás deben ser frenados de una u otra forma para que al menos podamos albergar la esperanza de que nuestro país sea una nación habitable para las generaciones por venir.