Santiago Riverón impide ritual de haitianos anunciando que Jesuscristo era negro: Mira el contexto histórico

Milciades Pichardo

Alegando que obstruían las vías públicas y el libre tránsito vehicular y peatonal, el alcalde de la ciudad de Dajabón impidió ayer que varios ciudadanos celebraran un ritual anunciando que “Jesucristo es de color negro”.

Santiago Riverón se presentó a las calles céntricas  Gastón F. Deligne y Francisco del Rosario Sánchez, donde se encontraban los ciudadanos haitianos con un alto-parlante y varios cartelones con la inscripción de “Jesús is Black!”, conminándolos a retirarse del lugar.

Ciudadanos haitianos fueron conminados a retirar su mensaje en vías públicas por el alcalde de Dajabón, Santiago Riverón . A pesar de que al lugar acudió la Policía Nacional, no se produjeron detenciones de los ciudadanos haitianos.

Contexto histórico

La creencia o representación de Jesús como negro en Haití no es un dogma universal entre los haitianos, pero surge en contextos artísticos, religiosos y culturales específicos, particularmente en el arte naïf y las adaptaciones del catolicismo influenciadas por el vodú y la identidad nacional.

Esto se debe principalmente a un proceso de «inculturación» —la adaptación de la fe cristiana a la realidad cultural local— que busca hacer que las figuras religiosas resuenen con la población mayoritariamente negra y de raíces africanas.

Razones culturales e históricas principales

Desde finales de la década de 1920, tras la ocupación estadounidense de Haití, surgió un movimiento intelectual y artístico que promovía el folklore, el vodú y las tradiciones populares como pilares de la identidad nacional.

 Esto implicaba romper con la influencia francófila (que representaba a Jesús como blanco y europeo) y reconectar con las raíces africanas. En este marco, artistas haitianos comenzaron a retratar a Jesús con piel oscura para reflejar el mestizaje afro-europeo y hacer que la religión cristiana fuera más accesible y relatable para la gente común.

Un caso emblemático son los murales de la Catedral de Sainte-Trinité en Puerto Príncipe, pintados en los años 1950 por artistas naïf como Philomé Obin, Castera Bazile, Wilson Bigaud y Préfète Dufaut, bajo la iniciativa del obispo estadounidense Charles Alfred Voegeli

En estas obras, Jesús aparece negro en escenas como su bautismo (ambientado en un sitio que evoca Saut-d’Eau, un lugar de peregrinación vodú), la Crucifixión y la Ascensión, integradas en paisajes locales haitianos. Esto permitía a los fieles imaginar los evangelios en un contexto propio, fusionando elementos cristianos con vodú.

Sincretismo con el vodú y preferencias artísticas: En el vodú haitiano, que mezcla catolicismo con tradiciones africanas del Congo y Angola, las figuras divinas (loas) a menudo se representan a través de santos blancos, pero hay excepciones como la Virgen Negra de Czestochowa (asociada a la loa Ezili Dantò). Jesús, aunque usualmente blanco en estatuas e iglesias por herencia colonial francesa, se pinta negro en algunas obras —como la Última Cena— para simbolizar igualdad entre sus discípulos o por simple preferencia artística, honrando influencias del Medio Oriente o la diversidad étnica haitiana.

En resumen, no todos los haitianos «dicen» que Jesús es negro de manera literal, pero esta representación es una forma de empoderamiento cultural post-esclavitud y revolucionaria (Haití fue la primera república negra independiente en 1804). Refleja un rechazo a las imágenes eurocéntricas impuestas por el colonialismo, promoviendo una fe que celebra la negritud y la herencia africana.

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