Lo que pasó el 8 de abril nos partió el alma. República Dominicana está de luto, y este dolor no lo vive una sola familia, lo sentimos todos. Hay heridas que no se ven, pero duelen igual.
Solo nos queda abrazarnos, llorar juntos y caminar este dolor paso a paso. No pasa nada por no estar bien, no hay que fingir fuerza.
No hay que aparentar paz cuando por dentro todo duele. Llorar no te hace débil. Te hace humano. Dios no nos pide que escondamos el dolor.
Nos dice: “vení a mí con lo que sentís”.
Porque en medio de la tristeza, también se vale confiar, aunque no entendamos nada.
Acompañar a alguien en duelo no es fácil
No hace falta decir mucho.
No intentes explicar el dolor. Solo quédate.
• Escuchar sin interrumpir.
• Estar sin presionar.
• Abrazar sin hablar.
No se trata de tener respuestas. Se trata de estar ahí, con el corazón disponible.
Por favor evitemos las frases que duelen más que ayudan :
“Tienes que ser fuerte”
“Es la voluntad de Dios”
“Todo pasa por algo”
“Ya está mejor”
Muchos creyentes sentimos que tenemos que explicarlo todo.
Y a veces, sin querer, soltamos frases como “Dios lo quiso así”.
Pero no todo lo que pasa viene de Dios.
Hay cosas que pasan por decisiones humanas, por errores evitables.
Dios no manda la tragedia. Dios acompaña en ella.
Cada quien vive el duelo a su ritmo
No hay una fórmula.
Unos lloran, otros se callan. Algunos buscan compañía, otros se aíslan.
Todo es válido. Cada quien vive el dolor como puede.
No hay apuro. No hay reglas.
Solo tiempo, paciencia y amor.
Este dolor también viene a recordarnos algo…
Que la vida es frágil.
Que no tenemos el control.
Que un segundo lo cambia todo.
Y que no hay mejor momento para amar que ahora.
Decí “te quiero” más seguido.
Perdoná.
Abrazá con el alma.
Escuchá con el corazón.
Y no postergues lo que importa.
Hay dolores que no se pueden explicar
Y está bien sentirlos.
Es válido sentir ira, culpa, tristeza ,cuestionar a Dios o simplemente no saber qué decir.
Lo importante es darse permiso para sentir ese dolor.
El duelo no tiene calendario.
La muerte no pide permiso.
Y aunque parezca cruel, el amor no muere.
Sana.
Por eso, hay que mirar la vida con otros ojos.
Buscar cómo vivirla de verdad.
Porque no sabemos la hora, ni el día, y a veces, la vida nos sorprende.
El duelo no se supera, se camina y se aprende a vivir con el
Se camina con lágrimas.
Con días buenos y días donde todo pesa.
Con fe, aunque no entendamos.
Con amor, aunque duela.
“La fe no quita el dolor, pero lo acompaña”
No se trata de tener respuestas.
Se trata de confiar, aún con el corazón roto»
De seguir caminando con el alma en pedazos y la esperanza en construcción
Dios no siempre da la respuesta, pero si da consuelo .
Hoy mas que nunca ,el amor y la fe son la fuerza que nos permitirá sanar
Por Yokasta Rodríguez Garcia