La situación en Bávaro refleja un dilema importante en el sector de la construcción debido a las repatriaciones de haitianos. Los ingenieros advierten que la medida del Gobierno puede afectar significativamente el avance de las obras, con una reducción del 70 al 80 por ciento en la capacidad de trabajo. Esto se debe a que muchos haitianos, temerosos de ser detenidos, prefieren quedarse en casa, lo que ha llevado a un parón en muchas construcciones.
La escasez de mano de obra también se siente en otros sectores, como la carpintería y el acero, donde la falta de trabajadores capacitados está retrasando proyectos y aumentando los tiempos de entrega. Supervisores como Eddy Vargas destacan que sin la mano de obra haitiana, el ritmo de trabajo se ha visto comprometido, lo que genera preocupaciones sobre la finalización de importantes proyectos turísticos en la zona.
Este contexto plantea interrogantes sobre cómo equilibrar las políticas migratorias con las necesidades del mercado laboral y el desarrollo económico en áreas clave como Bávaro y Punta Cana. La situación requiere una atención cuidadosa para encontrar soluciones que no solo protejan la seguridad nacional, sino que también sustenten el crecimiento del sector construcción.