Por qué algunas personas son consideradas “Malapagas” o “tramposas”

Milciades Pichardo

Aunque no lo parezca hay  varias razones por las que algunas personas piden dinero prestado y luego evitan o retrasan el pago, y no siempre se trata solo de mala fe.

 Estas pueden ser factores económicos, psicológicos o comportamentales. Basado en análisis de expertos en finanzas y psicología, presentamos causas, agrupadas para mayor claridad y entendimiento de este comportamiento.

Recuerda que generalizar no es justo, ya que cada caso es único, pero entender estos patrones puede ayudar a prevenir problemas.

Existen razones económicas y prácticas. Estas suelen derivar de dificultades reales que hacen el pago «imposible» o poco prioritario. Cuando alguien pierde el trabajo o ve reducidos sus ingresos (por inflación, recortes o emergencias), prioriza gastos esenciales como comida y vivienda sobre las deudas.

Si una persona tiene  varios préstamos pendientes, el nuevo se suma a la pila, generando un «efecto bola de nieve» donde los intereses crecen y abruma al deudor, llevándolo a ignorar pagos para no hundirse más.  

Sin un presupuesto claro, los gastos impulsivos (como compras en cuotas fáciles) superan los ingresos, y el dinero se va en lo inmediato, dejando las deudas para «después». Esto es común cuando el crédito es accesible sin verificación estricta.

Cuando decimos que alguien  «no les gusta pagar»,  debemos entender que este comportamiento refleja emociones o hábitos que generan aversión o negación:

Muchas personas no entienden cómo funcionan los intereses o el impacto a largo plazo de un préstamo, lo que las lleva a subestimar la obligación y evitar el tema por vergüenza o ignorancia.

 Psicológicamente, esto crea un «bloqueo» donde el dinero se ve como algo abstracto, no como una responsabilidad.

 Pagar una deuda puede generar pánico si se asocia con «quedarse sin red de seguridad» para emergencias. Algunas personas retienen el dinero por temor a lo imprevisible, lo que se convierte en un ciclo de evitación emocional.

 La deuda activa respuestas de estrés similares a la adicción, donde el alivio temporal del préstamo es más atractivo que el esfuerzo de repagar.

Aquí te menciono algunas posibles:

Falta de planificación financiera: Algunas personas pueden no tener un manejo adecuado de sus finanzas, lo que les lleva a pedir prestado sin considerar cómo podrán pagar.

Problemas económicos: La pérdida de empleo, gastos inesperados o una emergencia médica pueden afectar la capacidad de pago.

Falta de responsabilidad: Algunas personas pueden no considerar las consecuencias de no pagar sus deudas o pueden pensar que no es grave.

Desconocimiento de las condiciones: No entender bien los términos del préstamo o las condiciones de pago puede llevar a problemas.

Problemas personales: Estrés, ansiedad o depresión pueden afectar la capacidad de gestionar las finanzas.

¿Te ha pasado algo similar o estás pensando en una situación en particular?

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