Canadá tiene un nuevo líder. Mark Carney, exbanquero central, fue elegido como primer ministro tras recibir un abrumador 85.9% de apoyo en la votación del Partido Progresista, sucediendo a Justin Trudeau, quien había anunciado su renuncia en enero.
Carney, de 59 años, ha dirigido dos economías del Grupo de los Siete en tiempos de crisis y ahora enfrentará una nueva batalla: una guerra comercial inminente con Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Además, el presidente estadounidense ha sugerido la posibilidad de anexar Canadá, generando indignación en la nación norteña.
Un líder con experiencia en crisis económicas
El nuevo primer ministro no es ajeno a situaciones de alta tensión. Como gobernador del Banco de Canadá, ayudó al país a recuperarse rápidamente de la crisis financiera de 2008. Luego, en 2013, se convirtió en el primer extranjero en dirigir el Banco de Inglaterra, donde gestionó los efectos económicos del Brexit.
Ahora, Carney asume el liderazgo canadiense en un momento en que los conservadores de la oposición buscaban capitalizar el desgaste de Trudeau, afectado por el aumento del costo de vida y el debate sobre inmigración. Sin embargo, el creciente nacionalismo canadiense y el descontento con las políticas de Trump han fortalecido la posición del Partido Progresista.
Enfrentamiento con Trump y defensa del país
Trump ha amenazado con aplicar aranceles del 25% a productos canadienses clave, como acero, aluminio y productos lácteos, mientras que muchos canadienses han respondido con boicots a productos estadounidenses y abucheos al himno de EE.UU. en eventos deportivos.
Carney no tardó en enviar un mensaje firme: «No pedimos esta pelea, pero los canadienses siempre están listos cuando alguien más se quita los guantes», advirtió. «Que no se equivoquen los estadounidenses: en el comercio, al igual que en el hockey, Canadá ganará».
El nuevo primer ministro también descartó cualquier posibilidad de anexión, señalando que Estados Unidos y Canadá tienen valores distintos. «Estados Unidos es un crisol; Canadá es un mosaico», declaró. «Canadá nunca, jamás será parte de Estados Unidos de ninguna manera, forma o aspecto».
Elecciones en el horizonte
Se espera que Carney convoque elecciones en los próximos días o semanas, aprovechando la ola de respaldo nacionalista. De no hacerlo, la oposición podría forzar una votación de censura en el Parlamento más adelante este mes.
Trudeau, en sus últimas declaraciones como primer ministro, instó a sus seguidores a mantenerse activos en la política: «Este es un momento que define a la nación. La democracia no es un hecho. La libertad no es un hecho. Ni siquiera Canadá es un hecho».
Carney, quien llega al poder con una amplia base de apoyo, enfrenta ahora el reto de consolidar su liderazgo y defender la soberanía económica y política de Canadá frente a un escenario internacional cada vez más tenso.