La ira de los afectados por las devastadoras lluvias torrenciales que azotaron la región de Valencia esta semana se manifestó este domingo durante la visita de las máximas autoridades del país a la “zona cero” de la tragedia. El presidente regional, Carlos Mazón, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI se enfrentaron a una multitud que les lanzó barro y objetos, gritando “¡asesinos, asesinos!” en medio de la angustia y desesperación por la situación.
Las intensas lluvias han dejado un saldo trágico de más de 200 muertos, con cientos de desaparecidos, lo que incrementa la preocupación de que la cifra de fallecidos pueda aumentar. Las autoridades visitaron las localidades más afectadas, donde el desbordamiento de ríos causó devastación, y los afectados denunciaron que la ayuda está llegando con lentitud, acusando a los gobiernos regional y nacional de estar enredados en disputas políticas.
Momentos tensos se vivieron durante la visita, con ciudadanos que se encararon con las autoridades, exigiendo dimisiones y protestando por la falta de planificación que consideran responsable de la tragedia. Algunos manifestantes también atacaron el automóvil de Pedro Sánchez, que tuvo que ser evacuado a un lugar seguro.
A pesar de la tensión, el rey Felipe VI decidió permanecer en la zona, dialogando con los afectados, lo que generó tanto insultos como agradecimientos por su presencia. La reina Letizia también mostró empatía, visiblemente conmovida por la situación.
El malestar en la población es palpable, no solo por la pérdida de vidas, sino también por la percepción de que la respuesta de los servicios de emergencia fue insuficiente y descoordinada. La Agencia Estatal de Meteorología había elevado el nivel de alerta, pero muchos residentes afirman que no fueron avisados a tiempo, recibiendo la alerta de emergencia solo después de que las inundaciones ya habían cubierto varias áreas.
El gobierno de Pedro Sánchez enfrenta críticas por no haber movilizado al ejército de manera oportuna y por rechazar la oferta de ayuda de Francia. Además, se cuestiona la falta de declaración del estado de alarma, lo que habría permitido una respuesta más eficaz a la crisis.
La tragedia en Valencia se ha convertido en la peor catástrofe relacionada con inundaciones en Europa desde 1967, cuando murieron al menos 500 personas en Portugal. En la actualidad, decenas de personas siguen desaparecidas, aproximadamente 3,000 hogares están sin electricidad y se reportan daños significativos en infraestructuras.