La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, enfrenta una creciente desilusión por parte de la población tras un reciente escándalo que involucra a su cuñado, junto con la polémica cancelación del tratado de extradición con Estados Unidos.
Carlos Zelaya, cuñado de Castro y secretario del Congreso, admitió haberse reunido en 2013 con líderes del grupo narcotraficante “Los Cachiros”. Aunque asegura que desconocía su vinculación con el narcotráfico en ese momento, esta revelación ha aumentado las preocupaciones sobre la integridad del gobierno de Castro, que había prometido luchar contra la corrupción.
La cancelación del tratado de extradición, en vigor por más de un siglo, se produjo días antes de estas confesiones, lo que ha despertado sospechas de que la medida podría estar diseñada para proteger a figuras cercanas al poder, incluido el expresidente Juan Orlando Hernández, extraditado en 2022 por cargos de narcotráfico.
Los hondureños, que habían depositado su esperanza en Castro como un cambio frente a administraciones anteriores, ven cómo la sombra de la corrupción sigue afectando al país.