Por: Humberto Salazar
La teoría de quién «detectó» el fraude, es el argumento principal de los que asumen su defensa a partir de que lo ocurrido en SENASA, fue producto de personas o empresas empeñadas en ganar dinero a toda costa engañando a los que dirigian la ARS publica, quienes al final podrían salir como funcionarios, en unos casos, y empresarios en otros, serios y probos.
Para ello, hay que buscar culpables fuera de la institución y la mejor forma de hacerlo consiste en usar el espacio donde las consignas crecen como las verdolagas, y los temas se suceden unos a otros, dependiendo de la velocidad de los dedos que escriben cualquier cosa, empujados por la plebe o manejados por intereses ocultos.
No sé a quien se le ocurrió vimcular el contrato de FARMACARD, que fue un buen intento de ganar dinero, pero mucho dinero, disminuyendo la provisión de medicamentos a los usuarios de SENASA, con una empresa dueña de una cadena de farmacias llamada GBC, cuyo negocio es vender medicamentos para obtener beneficios económicos.
Es decir, la forma en que ambas hacen negocios son contrapuestas, y es imposible, lo aprendimos en la escuela primaria, que dos lineas paralelas se encuentren ni siquiera en el infinito.
Un solo vistazo al contrato de FARMACARD con SENASA, anulado por Compras y Contrataciones, nos permite entender su plan de negocios, hay un cambio fundamental en el método tradicional de pago por demanda, es decir, la ARS paga a las farmacias en forma directa la entrega de los medicamentos a los usuarios, esto es, la farmacia vende y pasa la factura a la ARS, quien ha asumido el riesgo, y esta aporta lo entregado.
En el contrato de FARMACARD, el pago se realiza POR CAPITA, la ARS de compromete a pagar RD$168.85 pesos a esa empresa, para que asuma el riesgo de necesidad de medicamentos de una población de 1,870,894 usuarios (todos los contributivos), y esto seria igual a RD$314 millones de pesos mensuales, que es lo mismo que RD$3,780.000 milñones anuales.
Con ese dinero, como es un riesgo por capita, FARMACARD se compromete a satisfacer toda la demanda de medicamentos de esos usuarios de SENASA, lo que devela su apuesta y modelo de negocios; ellos apostaron a ser exitosos a partir de una baja entrega de medicamentos.
Sencillo, menos recetas satisfechas a nivel de farmacias significa más ganancias para FARMACARD, pues cobran una suma fija cada mes, y esto va en contra del modelo de negocios de las farmacias, ellas ganan cuando despachan los medicamentos a los usuarios, lo que en el caso de GBC es más que evidente, dan incentivos como descuentos para aumentar el consumo de los productos que venden.
Aquí se explica probablemente, porque desde principios de año llovieron las quejas de los usuarios de SENASA, por las trabas y negacion de servicios por parte de las farmacias para entregarles los medicamentos a qué tenían derecho como asegurarados, es que desde marzo estaba vigente un contrato donde la empresa FARMACARD tenía que ganar dinero, para eso son empresarios, pero en este caso la negación del servicio era el negocio en si mismo.
En este escenario, es claro que la red de farmacias GBC, fue empujada a rastras a participar de un tema donde no cabe, su propósito como negocio es vender medicamentos no negarlo, y la campaña montada en su contra en estos días tenía, a mí juicio, uno de dos objetivos, desviar la atención de los contratos firmados por SENASA con el grupo Read-Villanueva o hacerle daño desde sus competidores.
En mi caso, y en esta etapa de mi vida, no permito que me usen de tonto útil, puedo parecer tonto, pero les aseguro que no un pelo de mi cabeza cumple con la esas características.
Por: Humberto Salazar
