El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informo que la emisión de autorizaciones de viaje para nuevos beneficiarios del programa de parole humanitario se suspende temporalmente. Esta decisión, pone en vilo a venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos que esperan una oportunidad para ingresar legalmente a Estados Unidos.
El DHS explica que, por precaución, debe revisar todas las solicitudes de apoyo para evitar fraudes y abusos en el proceso de inmigración. “El DHS cuenta con mecanismos de revisión para detectar y prevenir el fraude y el abuso en nuestros procesos de inmigración. Nos tomamos muy en serio cualquier abuso de nuestros procesos”, afirma un portavoz del DHS.
Entre las solicitudes revisadas, los oficiales encuentran indicios de fraude que desencadenan la investigación. Con la seriedad de la situación en mente, se pide al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que investigue a fondo y, de ser necesario, remita los casos penales al Departamento de Justicia.
Mientras tanto, en ciudades como La Habana, Caracas, Managua y Puerto Príncipe, las esperanzas de muchas familias se ven interrumpidas. Personas como María, una cubana que lleva meses esperando una respuesta, se encuentran de repente en un limbo de incertidumbre. Ha soñado con reunirse con su hermana en Miami, pero ahora, esa posibilidad parece cada vez más lejana.
“El DHS asegura que reiniciará el procesamiento de solicitudes lo antes posible, con las salvaguardas adecuadas”, es la promesa, pero no se ofrece una fecha concreta. Esta espera sin fin es algo a lo que María y muchos otros ya están acostumbrados, pero eso no hace la situación menos dolorosa.
Desde su extensión en enero de 2023, el programa de parole humanitario ha sido una luz de esperanza, proporcionando vías legales de migración a casi medio millón de personas. Hasta junio de este año, unos 494,799 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos han logrado ingresar a EE.UU. bajo este programa. Ahora, cada una de esas historias está en pausa, esperando un desenlace.
“Todos los beneficiarios de CHNV que se encuentran actualmente en los Estados Unidos han sido examinados y verificados a fondo”, asegura el DHS, tratando de tranquilizar a una población ansiosa. Sin embargo, para aquellos atrapados en la incertidumbre, las palabras ofrecen poco consuelo.
Las autoridades concluyen firmemente: “Quienes sean descubiertos ingresando al país con indicaciones de un posible problema de seguridad nacional o pública serán investigados y se tomarán las medidas adecuadas para proteger el país”.