La afición de los dominicanos por jugar lotería es un fenómeno profundamente arraigado en la cultura, la economía y la sociedad del país. No es solo un pasatiempo, sino una tradición que refleja esperanzas, rutinas diarias y dinámicas sociales, y un grave problema de ludopatía que afecta de manera transversal a millones de familias.
La lotería en República Dominicana data de finales del siglo XIX, cuando el sacerdote Francisco Billini fundó la Lotería Nacional para recaudar fondos humanitarios, y lo que una vez se pensó que resolvería un problema hoy es una hidra de dificultades para toda la sociedad.
En este momento existen al menos 10 bancas de loterías por cada escuela, biblioteca, cancha deportiva , parques o iglesia, ocupando el primer lugar entre los negocios, muy por encima de los colmados o cafeterías en todo el país.
La ludopatía
La ludopatía, también conocida como trastorno del juego patológico, es una adicción conductual reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad que altera el funcionamiento cerebral y genera un deseo incontrolable de apostar, a pesar de las consecuencias negativas.
Este trastorno no solo afecta al individuo que lo padece, sino que tiene un impacto profundo y multifacético en su entorno familiar, desestructurando relaciones, generando estrés emocional y provocando crisis económicas.
Especialistas aseguran que la ludopatía genera un clima de tensión constante en el hogar, donde los familiares experimentan una montaña rusa de emociones negativas. Los cambios en el estado de ánimo del ludópata —como irritabilidad, ansiedad, depresión e insomnio— se contagian al resto de la familia, provocando en ellos sentimientos de angustia, estrés, frustración, vergüenza, decepción y culpa.
Según datos recientes, los dominicanos apuestan aproximadamente RD$350 millones diarios en juegos de lotería, distribuidos en unos 30 sorteos diferentes que operan en el país cada día.Esta cifra refleja el alto nivel de participación en loterías como la Lotería Nacional, Leidsa, Loto Real y Loteka, y ha sido reportada en mayo de 2025. No hay actualizaciones más recientes disponibles en fuentes públicas, pero representa un monto mensual superior a RD$10,500 millones.
Riferos políticos o políticos riferos
En los últimos años, los “riferos”, como le dicen despectivamente a los propietarios de bancas de loterías, han escalado posiciones políticas y ocupan curules en el Senado, la Cámara de Diputados, alcaldías y regidurías, posicionándose en todos los estamentos del Estado y facilitando sus negocios.Se asegura que más del 70% de los dominicanos realiza apuestas a algunas de las más de 30 loterías que diariamente ofrecen premios.
En un país con desigualdades marcadas, la lotería representa la ilusión de un cambio rápido de vida. Muchos la ven como una «inversión» accesible para cubrir necesidades urgentes, como terminar una casa, comprar medicinas o reparar un carro.
Se gastan entre RD$100 y RD$2,000 diarios por persona en apuestas, lo que equivale al 0.8% de la canasta básica familiar (unos RD$353 mensuales).Con premios que van de millones en el Loto hasta bonos en especie (como apartamentos en Navidad), es un sueño de prosperidad en medio de precariedad: el 49% de los hogares toma prestado para comida, y la lotería ofrece esa «salida mágica».
Los dominicanos invierten unos RD$70 millones al día en total, impulsados por la accesibilidad (más de 1,500 puntos de venta y apps).Testimonios reales muestran esto: Yuliana gasta RD$800 diarios por «la emoción de ganar para medicinas»; Emilio usa premios para «sacarse un par de pesos para la casa», y Agustín redujo apuestas tras pérdidas, priorizando necesidades.
