Doscientos policías de Kenia han sido desplegados en Haití como parte de un esfuerzo internacional para restaurar la seguridad nacional en respuesta al dominio de dos carteles criminales que controlan el ochenta por ciento de la isla caribeña. Según un informe oficial de las Naciones Unidas (ONU), estos carteles han sido responsables de 4,000 asesinatos, 3,000 secuestros y más de 1,100 asaltos sexuales solo en 2023.
La misión de los policías keniatas cuenta con el respaldo logístico, de inteligencia y de decenas de contratistas proporcionados por Estados Unidos y la ONU. Esta operación de paz fue autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, con la particular abstención estratégica de China y Rusia.
La Casa Blanca ha asumido los riesgos inherentes al respaldar esta operación liderada por Kenia, consciente de la necesidad de evitar una escalada de la crisis en la región debido a las persistentes acciones delictivas que han llevado a Haití a una situación de estado fallido.
En caso de que la misión de seguridad no logre su cometido en el terreno, tanto Xi Jinping como Vladimir Putin podrían aprovechar la oportunidad para criticar a Joseph Biden por su implicación en la situación. Sin embargo, la prioridad es mitigar las amenazas que enfrenta la población haitiana y restaurar un ambiente de seguridad que permita la reconstrucción del país.