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Claudia Sheinbaum asume como la primera presidenta de México, marcando un hito histórico

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Claudia Sheinbaum Pardo asumió el cargo como la primera presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, en una ceremonia histórica que tuvo lugar en el Palacio Legislativo de San Lázaro. La mandataria recibió la banda presidencial de manos de Ifigenia Martínez, presidenta de la Cámara de Diputados, quien a su vez la recibió del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador.

En su primer discurso como titular del Poder Ejecutivo, Sheinbaum destacó que, por primera vez en más de 500 años, una mujer lidera el destino de México. “Después de 200 años de República y 300 años de Colonia, por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación”, afirmó.

Ante cientos de personas presentes, entre ellas funcionarios públicos, jefes de Estado de diversas naciones e invitados especiales, Sheinbaum habló sobre los pilares de su administración, que estarán enfocados en temas como seguridad, economía, derechos humanos, infraestructura, relaciones internacionales y el bienestar de la población. La presidenta prometió dar continuidad a los programas de Bienestar implementados por López Obrador y aseguró que se crearán nuevos para reforzar el apoyo social.

Llamado al uso del femenino en los cargos de poder En su discurso, Sheinbaum hizo un llamado a que se utilice el término “presidenta”, subrayando la importancia de nombrar en femenino los cargos que las mujeres ocupan, como una forma de visibilizar su papel en la sociedad. “Solo lo que se nombra existe”, indicó la presidenta, refiriéndose a la necesidad de reconocer que las mujeres no solo participaron en las grandes hazañas históricas del país, sino que también pueden ser líderes de la nación.

El segundo piso de la Cuarta Transformación La presidenta mexicana definió su mandato como el “segundo piso” de la Cuarta Transformación de la vida pública de México, continuando el proyecto iniciado por Andrés Manuel López Obrador. Reconoció a su antecesor como “el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna” y destacó que López Obrador no solo es el presidente más querido de la historia reciente de México, sino que también ha consolidado la revolución pacífica que transformó el país.

Principios de su gobierno Sheinbaum reiteró su compromiso con la igualdad, la justicia social y la transparencia. Aseguró que en su administración se respetarán todas las libertades y derechos humanos, así como la diversidad religiosa, política, social y cultural de la nación. Además, mencionó que el humanismo mexicano será la base de su gobierno, manteniendo principios como “por el bien de todos, primero los pobres”, y subrayó la importancia de la honestidad y la austeridad republicana en los funcionarios públicos.

En materia económica, Sheinbaum garantizó que las inversiones nacionales y extranjeras estarán seguras en México, y que se mantendrá la autonomía del Banco de México. Asimismo, prometió que no habrá aumentos en el precio de las gasolinas, el diésel y el gas doméstico en términos reales, y que continuará la promoción de la relocalización de empresas para impulsar el desarrollo regional.

Reforma al Poder Judicial En su mensaje, la presidenta también anunció que impulsará una reforma al Poder Judicial con el objetivo de garantizar su autonomía e independencia, erradicando la corrupción en ese ámbito. Aclaró que su intención no es controlar la Suprema Corte, sino fortalecer la democracia en el país. En este sentido, envió un mensaje de tranquilidad a los trabajadores del Poder Judicial, asegurando que sus derechos y salarios están totalmente protegidos.

Exaltación del pueblo y la cultura mexicana Sheinbaum dedicó una parte importante de su discurso a exaltar las virtudes de México y su pueblo, destacando el legado de las culturas originarias, así como a personajes históricos como Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Francisco I. Madero, y Lázaro Cárdenas. Asimismo, mencionó a destacadas mujeres en la historia de México como Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario y Frida Kahlo, entre otras, como ejemplos de la grandeza y resistencia del pueblo mexicano.

Al concluir su discurso, Sheinbaum aseguró que pondrá su conocimiento, fuerza e historia al servicio del pueblo mexicano y prometió no defraudar la confianza depositada en ella. “Les convoco a seguir haciendo historia”, señaló la presidenta, dejando claro su compromiso de consolidar un México más próspero, libre, democrático y justo.