En una década, Chile se ha convertido en el país con la tasa de fecundidad más baja de América. Entre 2013 y 2023, los nacimientos disminuyeron en un 29%, alcanzando una tasa de 1,17 hijos por mujer, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Este número está muy por debajo del 2,1 necesario para asegurar el recambio poblacional.
La abogada chilena Camila Ramírez es un ejemplo de esta tendencia. Ha decidido no tener hijos porque no es parte de su proyecto de vida. Ramírez, quien actualmente equilibra su trabajo con una maestría, dice que disfruta su independencia, señalando que ser madre es “una labor absolutamente abnegada”.
Esta baja en la tasa de fecundidad está ligada a cambios sociales y económicos que llevan a muchas personas a priorizar otros aspectos de su vida, como el desarrollo profesional, los estudios y la libertad personal, en lugar de la maternidad o paternidad.