Bertico, creció en una familia humilde, sus padres les enseñaron a vivir del campo y la siembra; al fin y al cabo no hay muchas oportunidades en los campos olvidados de nuestro país. Bertico, siembra el Cacao tal y como le enseñó su padre, convencido que las buenas siembras traen buenas cosechas, pero no todos los inicios son buenos, un mal tiempo le ha dañado su producción de cacao.
La incertidumbre llega a su hogar, pues no hay manera de explicarle a su niño de 2 años, que no hay qué comer; no hay cómo parar el dolor de su padre por la falta de medicamentos que no se han comprado, ya que tarde o temprano el trabajo duro y honrado pasa factura.
Bético, parado en la puerta de su hogar, mira hacia el patio, donde cada 4 años se realiza alguna reunión para apoyar a algún político, pero ahora espera al próximo que vaya a su casa el 24 para que le explique, ¿Cómo es que no se ha recuperado nada del patrimonio extirpado al estado?, que había podido servir para…
- Presupuesto para los pequeños agricultores y el tratar de retomar su producción.
- Para que su padre entre en los programas de medicamentos especiales de alto costo.
- O para tener una tarjeta ‘Supérate’ y ésta ser una ayuda en su casa.
Bertico, no entiende cómo es que los principales acusados de desviación de fondos para sus propios beneficios, hoy en día, están en sus casas.