A pocos días de que concluya 2024, la reforma fiscal continúa en la lista de “temas pendientes” del Estado dominicano, sin lograr avances significativos. A pesar de los esfuerzos y las discusiones generadas desde que el Poder Ejecutivo envió su propuesta al Congreso Nacional el 8 de octubre, el proyecto no ha prosperado. La falta de consenso, especialmente por el rechazo a los aumentos impositivos propuestos para ciertos sectores, ha frenado la iniciativa.
Este estancamiento refleja una necesidad urgente de transformación dentro del sistema fiscal del país, un tema clave que persiste en la agenda nacional, ya que se considera esencial para el desarrollo social y económico de la República Dominicana. Según la Ley 1-12 sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo, aprobada en 2012, se requiere un sistema tributario progresivo que permita mejorar la eficiencia en la recaudación de impuestos a medida que el país se aproxima al 2030.
A pesar del rechazo contundente por parte de los partidos opositores, muchos legisladores, incluidos algunos miembros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), insisten en la necesidad de una reforma que fortalezca las recaudaciones fiscales sin recurrir al aumento de la deuda pública. En el marco de las discusiones sobre el Presupuesto General del Estado para 2025, varios representantes del PLD coincidieron en que la reforma fiscal debe centrarse en la lucha contra la evasión tributaria y en la optimización de los recursos, sin aumentar el endeudamiento nacional.
“La reforma fiscal presentada buscaba aumentar los ingresos mediante nuevos impuestos, pero fracasó. No podemos seguir sumando deuda; es vital diseñar una reforma que fortalezca las recaudaciones y priorice la reducción de la evasión”, afirmó Denia Doñé, diputada por San Cristóbal.
La legisladora advirtió que, si el gobierno persiste en su estrategia de endeudamiento con instituciones financieras internacionales, el país podría enfrentar una crisis de solvencia que pondría en peligro la capacidad para cumplir con sus compromisos financieros. En este contexto, la reforma fiscal se mantiene como una prioridad pendiente que requiere un consenso amplio y estratégico.