A raíz de la reelección de Donald Trump, algunos migrantes en la frontera esperan que el presidente electo adopte una política migratoria más humanitaria, mientras temen las promesas de endurecimiento de su administración. Leopoldo Ferman, un migrante mexicano, expresa su decepción por la derrota de Kamala Harris, quien representaba una esperanza de políticas migratorias menos restrictivas. Sin embargo, ahora pide a Trump que abra las puertas de Estados Unidos para quienes solo buscan una vida mejor y cierre el paso a los criminales.
Desde el refugio en Ciudad Juárez, Ferman observa los recientes cambios en la frontera, donde los cruces ilegales han disminuido drásticamente gracias a medidas de control como la aplicación CBP One. Esta herramienta, implementada por el gobierno de Joe Biden, permite a los migrantes solicitar asilo de forma segura y reducir el riesgo de enfrentarse a los peligrosos “coyotes” o traficantes de personas. Aún así, con la victoria de Trump, algunos migrantes temen perder las pocas oportunidades que han conseguido.
Para Francisco Riveros, un peruano que también aguarda su cita en el albergue La Esperanza, el triunfo de Trump representa una oportunidad para poner orden en el sistema migratorio, aunque sea a través de una política selectiva. Otros, como Yuliana Gamboa, una venezolana que busca llegar a Estados Unidos tras atravesar múltiples peligros, sienten desilusión por el resultado electoral. Aunque todavía anhelan una oportunidad de trabajo y estabilidad, la incertidumbre ante las medidas prometidas por Trump es una constante.
Pese a las restricciones que Trump podría reforzar, migrantes como Deimirys Leuche señalan que las dificultades en sus países de origen seguirán impulsando a muchos a intentar cruzar la frontera en busca de un mejor futuro.