Este lunes, cientos de migrantes partieron de Tapachula, Chiapas, alzando sus voces con el lema “no somos criminales”. La caravana, compuesta por migrantes de varios países latinoamericanos, avanza hacia la frontera de Estados Unidos en un contexto marcado por las elecciones presidenciales de este martes, cuyo resultado podría impactar profundamente su futuros.
Los migrantes han recurrido a estas movilizaciones para solicitar documentos migratorios que les permitan atravesar México sin el temor a ser deportados. Además, caminar en grupo reduce el riesgo de asaltos, aunque el viaje en masa tiende a dispersarse con el tiempo.
Entre las personas que integran el grupo, se encuentran mujeres con niños y familias completas, quienes esperan poder mejorar sus condiciones de vida. La venezolana Johanna Pabón, una de las participantes, expresó: “Estamos guerreándola por un mejor futuro, no queremos más que eso”, mientras resaltaba la esperanza de que los resultados de la elección favorezcan a quienes buscan asilo y seguridad.
A diferencia de las caravanas multitudinarias que llegaron a la frontera norte en 2018, esta movilización tiene un tamaño menor. Sin embargo, para muchos, el objetivo sigue siendo el mismo: llegar a la Ciudad de México y pedir una cita de asilo en Estados Unidos, utilizando la aplicación CBP One habilitada para ese proceso.
Junto a Pabón, también viajan personas de países centroamericanos, así como de Colombia, Cuba y Ecuador. Aunque el trayecto es arduo y con riesgos, los migrantes se muestran firmes en su propósito, esperando ser escuchados en su búsqueda de una vida digna en territorio estadounidense.