El Poder Ejecutivo dominicano trabaja en una reforma tributaria que pretende aumentar las recaudaciones fiscales entre un 1.5% y 1.7% del PIB, lo que equivale a unos 110,000 millones de pesos anuales, según informaciones preliminares. El objetivo es fortalecer el gasto en infraestructuras y servicios públicos sin comprometer el crecimiento económico o generar tensiones sociales.
La propuesta del gobierno se basa en la necesidad de incrementar los ingresos fiscales para evitar un mayor endeudamiento y financiar sectores clave como la seguridad ciudadana, el transporte, la salud y el agua potable. En este sentido, 178,966 millones de pesos se destinarán a agua y saneamiento, 176,358 millones a transporte y 52,170 millones a seguridad.
Uno de los ejes de la reforma es garantizar la equidad tributaria: empresas con los mismos beneficios netos deberán pagar los mismos impuestos. Además, se pretende modernizar la administración tributaria, ampliar la base impositiva y reducir la evasión fiscal, que actualmente afecta al 45% del Itbis y al 56% de las rentas.
La preocupación por la deuda pública, que ya representa el 56.6% del PIB, impulsa la reforma, la cual también incluirá medidas para sancionar la evasión y revisar los incentivos y exenciones fiscales.