Un equipo de científicos encabezado por William B. Miller, biólogo y médico evolutivo, ha propuesto una teoría innovadora que desafía las concepciones actuales sobre la biología celular. Según su estudio, cada célula del cuerpo humano podría tener algún grado de conciencia, lo cual podría revolucionar nuestra comprensión de la vida y de la evolución humana.
Esta propuesta no ha sido ampliamente aceptada en la comunidad científica. Sin embargo, Miller persevera y según sus investigaciones, la habilidad de las células para realizar “tareas cognitivas” como analizar su entorno y tomar decisiones, sugiere que podrían ser más que simples ejecutores de programas genéticos. En un artículo publicado en mayo de este año en la revista “Progress in Biophysics and Molecular Biology”, Miller y sus colegas argumentan que la conciencia celular podría influir en la evolución de la vida.
Aunque sigue siendo un concepto difícil de aceptar, que los microorganismos y bacterias puedan ser conscientes en cualquier nivel plantea interrogantes profundos sobre la complejidad de la conciencia, que tradicionalmente se asocia con sistemas nerviosos complejos.
“Cada aspecto de la conciencia que experimento es una amalgama simultánea de las conciencias de todas las células de mi cuerpo y de los microbios que trabajan en conjunto, coordinándose tan perfectamente que me siento como un solo individuo”, explica Miller.
El concepto de “conciencia existencial” celular sugiere que una célula individual no produce pensamientos complejos, pero su interacción con el entorno y con otras células podría describirse como una forma de cognición.
Miller ilustra esto con ejemplos como la capacidad de las células bacterianas para detectar la luz y ajustar su comportamiento en consecuencia.
Esta teoría también abre nuevas perspectivas en bioingeniería y medicina. Según Miller, comprender a las células como entidades conscientes podría mejorar la regeneración de tejidos y el tratamiento de enfermedades como el cáncer. Por ejemplo, bloquear la comunicación entre células cancerosas podría detener su proliferación sin dañar células sanas, una línea de investigación que ya se está explorando en la inmunoterapia.
El concepto de que nuestras células y microorganismos interactúan de manera compleja encuentra eco en los estudios sobre el microbioma humano. La ciencia del hologenoma, que explora la coevolución de los organismos con sus microbiomas, respalda la idea de que la conciencia celular podría haber jugado un papel en la diversificación de la vida.
Según Miller, tratar a las células como entidades conscientes podría conducir a soluciones más creativas en el futuro, como diseñar microbios capaces de degradar plásticos u otros materiales contaminantes.
“Incluso podríamos explorar mejor el espacio”, sugiere Miller. “Por ejemplo, los altos niveles de radiación en un viaje a Marte podrían superarse fortaleciendo nuestras células contra los efectos dañinos de la radiación”.
A pesar de las críticas y el escepticismo, la propuesta de Miller y sus colegas ofrece una perspectiva novedosa y potencialmente transformadora sobre la biología celular y la evolución, desafiando las concepciones establecidas y abriendo nuevas vías de investigación en la ciencia moderna.