Por Pelegrin Castillo Semán
La expansión del crimen organizado en toda la Isla y la región; los sistemas, estructuras y cultura de corrupción imperantes; la articulación perversa y atrasada de una política degradada con los negocios extractivos/exactivos/mafiosos de rentas, con externalidades altamente negativas; las arraigadas prácticas de alta concentración monopolística y de colusiones (IHH); la dramática condición de Estado fallido de Haití, y su virtual descarte por los poderes internacionales, inclinados a imponer la solución dominicana a los problemas de Haití; la tendencia al endeudamiento facil, rápido, insensato; la vigencia global y local de una cultura materialista, hedonista, consumista, individualista.
Los peligrosos juegos de poder de las grandes potencias en el Gran Caribe en un contexto de Guerra Mundial Híbrida y Desglobalización, tanto cómo las nuevas formas de colonización y esclavitud, potenciadas por el servilismo y la obsecuencia de los que creen que somos “ una finca con pasaporte” de unos pocos dueños, y no una República con derechos inalienables.
Todo esas realidades antes descritas, han venido socavando y debilitando hace tiempo los valores y aspiraciones trascendentes de la vida desde la concepción y las estructuras familiares, las libertades ejercidas con responsabilidad y rodeadas de seguridad, el sentido del trabajo digno, la disciplina social y la vida austera, la generación de auténticas riquezas a partir de empresas reales e innovadoras, el aprecio de las buenas tradiciones y la identidad cultural dominicanas, la gestión transparente, equitativa, responsable y soberana de todos nuestros espacios y recursos, la potencialidades transformadoras de la educación de calidad y la confianza en la capacidad de innovación dominicana, y sobre todo, la lealtad a la Patria y la fe en Dios… y su hijo, Jesús.
Hagámonos cargo de esos ingentes retos: solo un Pueblo Dominicano muy unido, consciente, movilizado, dispuesto a cambiar las tendencias a la disolución nacional y social, para construir un verdadero Proyecto de Nación fuerte e integrador, de base republicana para todos los dominicanos, contando siempre con la Gracia de Dios, podrá salvar la Patria de Duarte, los trinitarios, los restauradores, los soberanistas.
Carlos García Nova