Amigos y familiares de Yennely se reúnen en San Francisco de Macorís para exigir justicia por la muerte de la joven de 18 años Yennely Andreína Duarte.
La familia y amistades de la joven claman por justicia, buscando pena máxima a quien cometió el crimen. “Tiene que pagar por lo que hizo”, expresan con firmeza.
Sin embargo, la tragedia se ve ensombrecida por el temor de que pueda haber otro culpable que quede impune. Existe la creencia de que el asesinato no fue cometido únicamente por una persona, sino que pudo haber otro implicado.
“A pesar de los desafíos que enfrentó en su vida, Yennely siempre encontró fuerza en sí misma y en el apoyo de sus seres queridos. Creció en una familia que valoraba profundamente la fe cristiana, y aunque su orientación sexual inicialmente causó conmoción en su entorno, su familia, especialmente su madre y su tía Crisleidy, la apoyaron incondicionalmente.
Yennely atravesó momentos difíciles, incluida una lucha contra la depresión que la llevó a estar hospitalizada. Sin embargo, logró superar esos momentos oscuros y estaba en un período de gran felicidad y crecimiento personal. Según Cristofer, uno de sus amigos cercanos, Yennely estaba en su mejor momento y recientemente había disfrutado de un concierto de Karol G, lo que la había llenado de alegría.
Aunque su vida estuvo marcada por desafíos, Yennely encontró la manera de seguir adelante y disfrutar de la vida, dejando un impacto positivo en quienes la conocieron.”