Para Jorge Alfaro, jugar con los Tigres del Licey no solo significa representar a uno de los equipos más históricos de Lidom, sino cumplir una promesa especial a su hijo Abiel, de nueve años, quien es un apasionado seguidor del conjunto azul.
Cada invierno, Abiel repite la misma pregunta: “Papi, ¿no vas a jugar con el Licey?”. Esa insistencia, combinada con el amor por el béisbol, ha llevado al jugador colombiano a mantenerse fiel al equipo, siendo pieza clave en los títulos obtenidos durante los últimos dos años, incluyendo su destacada actuación como MVP en la Serie Final contra los Gigantes del Cibao.
“Mi hijo es loco con Licey, y verlo feliz cuando juego aquí no tiene precio. Es una motivación extra para mísera en el campo con este uniforme”, expresó Alfaro.
Su conexión con el equipo
Alfaro destaca que el Licey no es solo un equipo para él, sino una familia. A lo largo de su trayectoria en la liga dominicana, ha rechazado ofertas de otras organizaciones caribeñas para mantenerse fiel a los Tigres.
“Aquí me han tratado como en casa, y ese apoyo incondicional es invaluable. Por eso siempre regreso. Licey es especial”, afirmó.
Aunque una lesión marcó su desempeño en la pasada temporada, el colombiano resaltó cómo el equipo confió en él, incluso en los momentos más complicados.
Un nuevo objetivo: el tricampeonato
Tras contribuir al bicampeonato, Alfaro ahora busca liderar al Licey hacia un tercer título consecutivo, asumiendo un papel más relevante tras la posible ausencia de Ramón Hernández. Con un promedio de .272 en Lidom y características de poder al bate, su presencia promete ser fundamental para el equipo.
Además, Alfaro no descarta nuevas oportunidades en Asia, aunque mantiene como prioridad seguir siendo parte de los Tigres del Licey mientras pueda cumplir con su compromiso dentro y fuera del terreno.