El expresidente Alejandro Toledo dijo a pocas horas de que se concrete su entrega a las autoridades de Estados Unidos, y sea posteriormente extraditado al Perú para cumplir con su condena por el caso Ecoteva que no se permita su “muerte en prisión”.
Toledo, reclamado por la justicia de su país desde finales de 2017, está imputado por la presunta comisión de los delitos de lavado de activos, colusión y tráfico de influencias con relación a contratos concedidos a la empresa Odebrecht para la construcción de la Ruta Interoceánica entre Brasil y Perú.
Desde su apartamento en la localidad de Menlo Park, en la Bahía de San Francisco, el otrora presidente zanjó cualquier duda acerca de su entrega, prevista para este viernes por la mañana en un tribunal de San José, California, “Lo haré, soy respetuoso con la decisión del juez, aunque no la comparta”.