Las inusuales y copiosas precipitaciones que azotaron Dubái el pasado martes han dejado un paisaje desolador en la ciudad, con calles y aceras transformadas en auténticos ríos. Las imágenes muestran cómo las aguas desbordadas han cubierto vastas extensiones urbanas, provocando caos y trastornos en la vida cotidiana de sus habitantes.
Las autoridades locales han declarado que estas lluvias representan un fenómeno sin precedentes en la región, con un volumen de agua equivalente a más de un año y medio de precipitaciones normales. Los aeropuertos se vieron obligados a cerrar temporalmente, dejando a cientos de pasajeros varados, mientras que las carreteras se convirtieron en un laberinto de vehículos tratando de desplazarse entre el agua estancada.
Las imágenes compartidas en redes sociales muestran vehículos sumergidos hasta la mitad, mientras que peatones valientes intentan navegar por las calles inundadas con agua hasta la altura de las rodillas. Los equipos de rescate están trabajando sin descanso para evacuar áreas afectadas y brindar asistencia a aquellos que se encuentran atrapados en sus hogares o vehículos.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, los residentes se enfrentan a una situación sin precedentes, con cortes de energía, interrupciones en los servicios básicos y daños materiales significativos. La magnitud de la devastación ha dejado a la comunidad atónita, recordándoles la vulnerabilidad de incluso las ciudades más modernas frente a la furia de la naturaleza.
Se espera que las operaciones de limpieza y recuperación continúen durante los próximos días, mientras Dubái intenta recuperarse de este golpe inesperado y se prepara para hacer frente a futuros eventos climáticos extremos.