Salir apresurado de casa en busca de atención médica y encontrarse con un hospital en condiciones deplorables es la dura realidad que enfrentan los pacientes del Hospital Salvador B. Gautier, ubicado en el Distrito Nacional.
Al ingresar a la sala de emergencias, lo primero que salta a la vista es la cantidad de pacientes que deben ser atendidos en sillas oxidadas por la falta de camas disponibles. Este problema es solo una muestra del abandono en el que se encuentra el centro de salud.
La ausencia de personal de limpieza ha convertido los pasillos en un reflejo del descuido: suciedad acumulada, filtraciones que generan moho y paredes con manchas de humedad. Además, el deterioro de las instalaciones es evidente en la falta de iluminación, pisos agrietados y verjas corroídas por el óxido.
Internamientos prolongados y quirófanos inhabilitados
La crisis del hospital se extiende a las áreas de hospitalización. Según el cardiólogo Fulgencio Severino, hay pacientes que permanecen hasta diez días en la sala de emergencia porque no hay camas disponibles en las áreas de internamiento.
A esto se suma la falta de insumos médicos y mantenimiento en las áreas quirúrgicas. De los diez quirófanos con los que cuenta el hospital, seis están fuera de servicio, lo que limita aún más la capacidad de respuesta del centro de salud.
El Salvador B. Gautier, inaugurado en 1951 como un símbolo de esperanza, hoy luce desgastado y olvidado. Su fachada, que alguna vez fue blanca, ahora está cubierta de humedad y suciedad, mientras que las puertas y ventanas están deterioradas.
Promesas sin cumplir
En septiembre de 2023, el Servicio Nacional de Salud (SNS) anunció un plan para mejorar las condiciones del hospital. Entre las promesas estaba la entrega de equipos médicos, mejoras en la infraestructura y la contratación de personal de limpieza. Sin embargo, hasta la fecha, solo se han recibido algunos insumos, mientras que el estado general del centro sigue empeorando.
Un proyecto sin planificación
El SNS también propuso la construcción de un edificio de siete niveles para modernizar las instalaciones, incluyendo la remodelación de emergencias, consultas, laboratorios y archivo. No obstante, el cardiólogo Fulgencio Severino señala que no existe un plan para reubicar estas áreas mientras se llevan a cabo las obras, lo que podría agravar aún más la situación.
Ante la falta de respuesta de las autoridades, algunos médicos han recurrido a recursos externos para equipar ciertas áreas del hospital, aunque esto resulta insuficiente para cubrir todas las necesidades.
“El Gobierno ha fallado en el mantenimiento de la infraestructura hospitalaria”, expresó Severino, insistiendo en que las mejoras deben realizarse antes de que termine la actual gestión.
Pacientes sufren la crisis hospitalaria
Las condiciones del hospital impactan directamente en quienes acuden en busca de atención médica. Tal es el caso de Polonia Germán, una paciente con anemia falciforme que llegó desde Villa Mella para realizarse unos análisis.
Aun con suero en el brazo y un semblante de preocupación, espera su turno en medio de un ambiente de hacinamiento y precariedad. Como ella, muchos otros pacientes y familiares enfrentan una lucha diaria contra un sistema de salud que, en lugar de aliviar su dolor, les impone nuevas dificultades.