La Armada de Colombia informó sobre la incautación del primer narcosubmarino no tripulado detectado en el mar Caribe, cerca de Santa Marta. La nave, que estaba siendo operada de forma remota y equipada con una antena de comunicación satelital Starlink, tenía capacidad para transportar hasta 1.5 toneladas de cocaína.
Aunque no se encontraron drogas en su interior, las autoridades consideran que el artefacto, atribuido al Clan del Golfo, estaba en fase de prueba. Este hallazgo marca un nuevo nivel en la sofisticación tecnológica usada por el narcotráfico.
De acuerdo con la Armada, el uso de semisumergibles por parte de organizaciones criminales como el Clan del Golfo se ha incrementado en los últimos años. Estas embarcaciones son construidas de forma artesanal en Colombia, y por sus características capacidad de recorrer largas distancias a baja visibilidad, son difíciles de rastrear.
La investigadora Juana Cabezas, del Instituto Indepaz, afirmó que desde al menos 2017 los carteles mexicanos, como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, han financiado el desarrollo de submarinos no tripulados en Colombia. Estas organizaciones mantienen vínculos con el Clan del Golfo para operar rutas de tráfico hacia Estados Unidos, Europa y Oceanía.
El almirante Juan Ricardo Rozo, comandante de la Armada, explicó que este tipo de embarcaciones representa una migración hacia sistemas autónomos, lo que dificulta su detección por radar. En noviembre de 2024, otro semisumergible con cinco toneladas de cocaína fue interceptado cuando se dirigía a Australia.
La ley colombiana penaliza la fabricación, tenencia y uso de estas naves con hasta 14 años de prisión. Según expertos, el avance tecnológico en el crimen organizado evidencia una “globalización” del conflicto armado, al incorporar personal técnico y coaccionar ingenieros para desarrollar estos dispositivos.