El régimen de Corea del Norte amenazó con hundir el portaaviones estadounidense USS Ronald Reagan que llegó a Corea del Sur en una muestra de fuerza contra el programa nuclear de Pyongyang, en medio de un clima de alta tensión en la península coreana.
La agencia de propaganda de Kim Jong-un publicó un editorial en el que calificó de “provocación militar manifiesta” el despliegue del buque en el puerto de Busan, al sureste de Seúl, para realizar ejercicios conjuntos con la marina surcoreana.
Según la dictadura norcoreana el envío de activos nucleares estratégicos estadounidenses a la península, donde “el peligro de que estalle una guerra nuclear es rampante”, lleva la situación a “circunstancias catastróficas irrevocables”.
Pyongyang acusó a Washington de planear un ataque nuclear contra Corea del Norte y advirtió que sus fuerzas están listas para responder con “el ataque más rápido y poderoso” contra los objetivos estadounidenses.