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El viernes pasado, un ataque con armas de fuego en una sala de conciertos en la periferia de Moscú dejó al menos 115 muertos y más de 140 heridos, según los servicios de seguridad rusos.
El incidente ocurrió en el auditorio municipal de Crocus, al noroeste de la capital, donde cinco personas vestidas con trajes de camuflaje abrieron fuego.
El ministro de Salud de Rusia, Mijaíl Murashko, informó que 115 personas estaban siendo atendidas en centros médicos, con 60 en estado crítico.
Además, confirmó que cinco de los heridos eran niños. El comité de investigación encargado de supervisar la respuesta al ataque indicó que más de 60 personas murieron en el ataque terrorista, y lamentablemente, el número de víctimas podría aumentar.