El anhelo de una mejor vida ha llevado a muchos dominicanos a lanzarse a la peligrosa travesía de la migración ilegal. Para algunos, ser deportados no representa el final del camino, sino un obstáculo más en su insistente búsqueda. Tal es el caso de Edgar Batista Matos, quien fue enviado de regreso al país la semana pasada tras ser deportado por quinta vez desde Estados Unidos.
Batista, señalado como reincidente en la organización de viajes clandestinos, ha utilizado distintas rutas marítimas para ingresar ilegalmente a Puerto Rico, siendo capturado en múltiples ocasiones. Según los registros, solía zarpar en embarcaciones de fibra de vidrio desde puntos como Cabeza de Toro, Bayahíbe y San Pedro de Macorís.
En su más reciente intento, fue detenido en San Juan, Puerto Rico, en septiembre de 2024, tras una orden de arresto emitida en su contra por las autoridades dominicanas. Posteriormente, fue enviado a Miami, donde permaneció bajo custodia hasta su quinta deportación el pasado 3 de marzo. Actualmente, se encuentra recluido en la cárcel de San Pedro de Macorís, enfrentando un proceso judicial por su presunta vinculación en un caso de tráfico de migrantes que resultó en la trágica muerte de varias personas, incluyendo menores de edad.
Un historial marcado por la reincidencia
Desde 2010, cuando fue interceptado por la Patrulla Fronteriza de EE.UU. tras ingresar ilegalmente a Cabo Rojo, Puerto Rico, Batista ha sido deportado en múltiples ocasiones. Sin embargo, su determinación por regresar a territorio estadounidense no ha cesado. En 2011, 2019, 2023 y ahora en 2025, ha sido expulsado tras ser descubierto en intentos de ingreso ilegal.
Ante estos reiterados casos, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. ha reforzado la vigilancia sobre individuos con un historial de reincidencia en materia migratoria, considerándolos un desafío constante para los sistemas de control fronterizo.
Intentos frustrados y acusaciones
Durante la pandemia, Batista organizó un viaje ilegal que fue interceptado por la Armada de la República Dominicana, evitando que 22 personas llegaran a Puerto Rico en dos embarcaciones clandestinas.
Por estos hechos, enfrenta acusaciones de violar la ley contra el tráfico ilícito de migrantes y trata de personas, además de incumplir las restricciones sanitarias impuestas en el país durante la crisis sanitaria.
El caso de Edgar Batista es solo un reflejo de una problemática más amplia, en la que muchos dominicanos arriesgan su vida y desafían las leyes en busca de un futuro mejor.
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