La capital de Haití, Puerto Príncipe, ha sido escenario de una nueva ola de violencia desatada por bandas criminales en represalia a las recientes operaciones de la Policía y la Misión Multinacional, que en los últimos días han utilizado drones explosivos para neutralizar a varios delincuentes.
El pasado domingo, un grupo de hombres armados incendió un camión de la Policía haitiana en Kenscoff mientras realizaba labores de patrullaje. Según reportes de la prensa local, las autoridades han sido duramente criticadas por no poder contener la violencia en esa región.
La coalición criminal «Viv Ansanm», liderada por Jimmy Chérizier, alias «Barbecue», ha sido señalada como responsable de los ataques. Días antes, Chérizier había advertido sobre posibles represalias, y el fin de semana su organización cumplió la amenaza con una serie de ataques coordinados.
El viernes por la noche, el centro de Puerto Príncipe se convirtió en un campo de batalla cuando varios edificios, incluyendo escuelas y comercios, fueron incendiados. Testigos de las avenidas Christophe, Cameau, Lafleur Ducheine y Marcellin reportaron que las llamas y el humo eran visibles en gran parte de la ciudad. Por miedo a ser atacados, muchos residentes evitaron salir de sus hogares.
Los disturbios también incluyeron saqueos en la avenida Christophe y la calle Capois, agravando aún más la crisis en la capital. Además, el pasado jueves, hombres armados atacaron las instalaciones de la Radio Televisión del Caribe (RTCV), el mayor conglomerado de medios en Haití, lo que ha generado preocupación por la seguridad de los periodistas y la libertad de prensa en el país.
Ante la escalada de violencia, la ONU ha advertido sobre las dificultades para llevar ayuda humanitaria a las zonas afectadas. El portavoz de la Secretaría General, Stéphane Dujarric, declaró que la inseguridad y la falta de recursos están limitando las operaciones de asistencia. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) también alertó sobre el rápido deterioro de las condiciones en los campamentos de desplazados, donde muchas familias han tenido que reubicarse varias veces en busca de refugio.
Según datos de la ONU, en lo que va del 2024, al menos 5,626 personas han muerto en Haití debido a la violencia generada por las bandas criminales, evidenciando la grave crisis de seguridad que atraviesa el país.
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