Teuchitlán, Jalisco — En una visita reciente al Rancho Izaguirre, presunto centro de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), colectivos de madres buscadoras denunciaron la desaparición de evidencias previamente identificadas, generando indignación y desconfianza hacia las autoridades.
Durante el recorrido, las madres buscadoras expresaron su frustración al no encontrar prendas, zapatos ni mochilas que habían sido marcadas como evidencias con banderas verdes y la leyenda «no tocar». Una de las madres, con la voz entrecortada, exclamó: «¡No hay nada, no se vale!», reflejando la desesperación compartida por los familiares de desaparecidos.
Además, se reportó la falta de presencia de autoridades para brindar información durante la visita, lo que incrementó la percepción de desorganización e indiferencia en el manejo del sitio. Algunas madres señalaron áreas con pisos huecos que no habían sido excavadas, sugiriendo posibles omisiones en las labores forenses.
El fiscal general de México, Alejandro Gertz, cuestionó a las autoridades locales por presuntas irregularidades en la investigación del rancho, destacando la necesidad de una investigación exhaustiva y transparente.
Este caso ha resaltado la urgencia de abordar la crisis de desapariciones en México, donde se registran más de 124,000 personas desaparecidas, muchas vinculadas al crimen organizado. La presidenta Claudia Sheinbaum ha propuesto medidas para mejorar la coordinación y los registros de identificación en las búsquedas, enfatizando la implementación efectiva de las leyes existentes.
La desaparición de evidencias en el Rancho Izaguirre representa un obstáculo significativo en la búsqueda de justicia para las familias afectadas, subrayando la necesidad de acciones contundentes y transparentes por parte de las autoridades.