En la pintoresca ciudad costera de Noruega, los estudiantes de una escuela local han encontrado una manera única de ganar dinero extra: cortando lenguas de bacalao. Esta práctica, que podría parecer inusual para algunos, se ha convertido en una fuente de ingresos significativa para jóvenes como Christoffer, quien relata haber comprado su primer automóvil con las ganancias obtenidas.
La empresa detrás de esta iniciativa es Brødrene Karlsen, una cooperativa de pescado que ha estado en funcionamiento desde 1932. Dirigida por Rita Karlsen, la tercera generación al mando, la empresa ha incorporado a jóvenes de entre 10 y 15 años para realizar esta tarea después de la escuela.
El trabajo, aunque demandante, ofrece a los estudiantes una oportunidad única para ganar hasta 120 euros por hora. Christoffer, sobrino de Rita Karlsen, es uno de los jóvenes que se benefician de esta oportunidad. “Me compré mi primer carro con lo que obtuve cortando las lenguas de bacalao”, comparte con orgullo.
Esta inusual práctica laboral no solo proporciona un ingreso adicional para los estudiantes, sino que también les enseña habilidades valiosas y les inculca un sentido de responsabilidad desde una edad temprana. Mientras tanto, Brødrene Karlsen continúa siendo un pilar en la comunidad, brindando oportunidades económicas y educativas a las generaciones jóvenes.
