El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, informó ayer que el Papa Francisco, tras ser dado de alta del hospital, deberá continuar su convalecencia con tranquilidad y con una agenda limitada a los asuntos más importantes. A sus 88 años, el pontífice regresa al Vaticano después de 38 días de hospitalización debido a problemas respiratorios, y se le ha recomendado un período de descanso de al menos dos meses. Durante este tiempo, su actividad se reducirá, y solo se le presentarán las cuestiones de mayor relevancia, con el objetivo de no sobrecargarlo.
A pesar de su regreso, el Papa fue visto con cánulas nasales de oxígeno, lo que resalta la necesidad de respetar estrictamente las prescripciones médicas. Su apartamento en la Casa Santa Marta ha sido preparado con el material y mobiliario adecuado para posibles emergencias, y estará asistido las 24 horas por un equipo de médicos y enfermeras.
En cuanto a su agenda, Parolin señaló que es pronto para organizarla por completo, pero aseguró que, a medida que el Papa se recupere, podrá retomar gradualmente sus compromisos y celebraciones. Por ahora, se enfocará en los asuntos más importantes, evitando agotarse excesivamente.
El pontífice, en su primer mensaje tras su regreso, expresó su preocupación por la situación en Gaza, donde condenó los intensos bombardeos israelíes, los cuales han dejado un saldo de numerosos muertos y heridos. El Papa reiteró su llamado a un alto el fuego inmediato y a la reanudación del diálogo, instando a la liberación de los rehenes israelíes y pidiendo el cese de la violencia.