El expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina (2012-2015) se declaró culpable este miércoles de lavado de dinero, cohecho pasivo y fraude en una trama de corrupción acontecida durante su Gobierno y fue condenado a ocho años de prisión.
“Acepto la responsabilidad porque debía estar enterado de las irregularidades”, declaró Pérez Molina ante la jueza Eva Recinos, titular del Tribunal de Mayor Riesgo “B” del Organismo Judicial guatemalteco.
“Yo no vine aquí a presentar excusas, ni a defenderme. Yo por eso pedí la audiencia de aceptación de cargos”, dijo el expresidente, aunque rechazó haber recibido sobornos o regalos comprados con fondos públicos.
La extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) señaló, en 2015, al expresidente de dirigir una estructura criminal que recibió 500 millones de quetzales (63 millones de dólares) en comisiones ilícitas derivadas de la adjudicación de contratos en diversas instituciones estatales.